En Belo Horizonte, Minas Gerais, se realizó la residencia artística Zona LAMM – Laboratorio de Artes Musicales para Mujeres.
A través de una asociación entre la Embajada Cultural de Minas Gerais, la Oficina de Imágenes, y el Programa Ibermúsicas, se llevó a cabo en 2016 y 2018 respectivamente, la residencia artística Zona LAMM, la cual reunió a artistas provenientes de distintos países latinomamericanos para interactuar cada una desde su universo musical con una matriz africana o indígena en los géneros de música tradicional, música electrónica experimental y música de baile popular. En 2016 fueron invitadas dentro de la convocatoria internacional Diana Restrepo (Colombia), Jenn del Tambó-Jennifer Meza- (Colombia); Naiara Armendáriz (Argentina). Las músicas invitadas dentro de la convocatoria local fueron Claudia Manzo(Belo Horizonte, nacida en Chile); Nath Rodrigues (Brasil); y dos músicas invitadas Orito Cantora-Grace Lascano- (Colombia) y Nívea Sabino (Brasil). En 2018 fueron invitadas Lucy Patané (Argentina); Gabriela Sossa (Colombia); La Luzma (Chile- Perú); Aryani Marciano (Brasil) y Alexandra Pessoa (Brasil). Las artistas participaron en la residencia durante tres semanas en la ciudad de Belo Horizonte con el objetivo de investigar e intercambiar referencias estéticas, realizar laboratorios musicales –algunos con la participación de artistas locales–, experimentos con otros idiomas y también crear nuevo material que combinara la experiencia y los diferentes universos musicales en los que trabajaron en sus trayectorias profesionales. Además del proceso creativo, las artistas seleccionadas llevaron a cabo talleres y experiencias con adolescentes y jóvenes que viven en la Región Metropolitana de Belo Horizonte. Los jóvenes que ya participan en talleres de música para producir contenido relacionado con la defensa de los derechos humanos, a través del contacto con los residentes pudieron intercambiar experiencias y desarrollar acciones para fortalecer sus comunidades. Los talleres fueron un hermoso laboratorio para investigar los sonidos en los territorios, el conocimiento del universo musical de la juventud brasileña y la creación de pautas para un proceso de creación musical basado en la interacción local. Como trabajo final de la residencia se realizó un video documental del proceso creativo y una grabación musical.
“Fomentamos un espacio de intercambio y fortalecimiento mutuo entre cantantes, compositoras, intérpretes, instrumentistas, productoras y técnicas con autoaprendizaje como guía colectivo, empoderamiento de las mujeres, respeto por las diferentes formas de identidad de género, libertad y autonomía para el trabajo para romper con el paradigma del universo musical masculino, blanco y eurocéntrico. La residencia trajo como propuesta la deconstrucción de lugares preconcebidos para abrir espacio para la diversidad y la autoafirmación de la población negra, indígena y femenina”.