La violoncelista y compositora argentina Violeta García culmina su residencia Konvent Zero en Barcelona, España

Violeta García es violoncelista, compositora e improvisadora con conocimientos musicales eclécticos. Licenciada en Artes Musicales de la UNA (Universidad Nacional de Artes de Argentina). Su búsqueda artística se basa en la exploración de los límites sonoros de su instrumento y de todo lo que la rodea. Su obra se centra en una fuerte exploración del ruido acústico y en performances cargadas de lo visceral y el desborde. Actualmente se encuentra realizando un trabajo expandido combinando sonidos acústicos/eléctricos con el diseño sonoro experimental.

Fue seleccionada en diversas residencias internacionales: Art Omi en Nueva York, Fondo Nacional de las Artes en Campus Musical de Bariloche, Art Basel en el Faena Art Center con Naama Tsbar (Israel), Música Maestra en el CCK de Buenos Aries. Tocó con reconocidos artistas de la escena de la improvisación libre y la música experimental en diversas ciudades del mundo. Trabajó en la Compañía Nacional de Danza Contemporánea de Buenos Aires y la Compañía de Teatro Reverso de Uruguay.

En el 2016 fundó un sello dedicado a la publicación de música nueva y experimental latinoamericana llamado TVL-REC. En paralelo, desde el mismo año es curadora del ciclo de música experimental llamado “Te Veré Llorar” en la ciudad de Buenos Aires y diferentes países de Sudamérica y co-produce junto al ciclo RUIDO y Experimental Sounds Studio (Chicago) el “Streaming Fest” dedicado a conciertos internacionales.

Durante su residencia artística en Konvent Zero trabajó en la composición de una obra-instalación sonora para violoncelo, field-recordings y esculturas sonoras creadas allí mediante un sistema de amplificación cuadrafónica de hilos, y por otro lado el violoncello como un objeto más de la instalación flotando en el espacio e interactuando mediante feedbacks y procesamientos electrónicos programados desde grabaciones previas creando un espacio híbrido.

“Pensar al arte como una herramienta transformadora en constante reconstrucción. Me interesa poder llevar al límite mi corporalidad y las diversas técnicas que uso como violoncelista en escena. Poder experimentar y reinventarme hasta llegar a nuevos universos sonoros, del lenguaje, nuevas técnicas del instrumento y de mi lenguaje como compositora”.